Mis frases y fragmentos favoritos- La Verdad sobre el caso Harry Quebert (Joël Dicker)
¡Muy buenas, queriños mios!
Como ya sabéis el pasado lunes día 5 de Octubre, fue el día mundial del docente. En un año atípico y muy duro para ellos y en la Asociación de Escritores Hispanos (AEHIS) de la que formo parte, mis compañeros y yo hemos querido rendirles un sentido homenaje de la mejor forma que sabemos hacer, escribiendo.
* Os dejo el enlace, para que podais leerlos. https://aehis.wordpress.com/2020/10/querid_profes_oct20.pdf
Vamos al lío, hoy os traigo mis frases y fragmentos favoritos de La verdad sobre el caso Harry Quebert. Que son en resumen...Los consejos que Harry le da a Marcus a la hora de escribir su libro e inician los capitulos, unos consejos que emocionan y atrapan. Más aún si eres un amante de la literatura y la escritura como yo.
"-No lo sé Harry. ¿Cree usted que algún día lo conseguiré?
-¿El qué?
-Escribir un libro
-Estoy convencido de ello"
"Me gustaría enseñarle a escribir, Marcus, no para que sepa escribir, sino para convertile en escritor. Porque escribir libros no es nada: Todo el mundo sabe escribir, pero no todo el mundo es escritor.
-¿Y cómo sabe uno que es escritor, Harry?
-Nadie sabe que es escritor. Son los demás los que lo dicen. "
"Nos miramos fijamente durante un momento y añadió:
-En el fondo, ¿Porqué quiere usted escribir, Marcus?
-No tengo ni idea.
-Eso no es una respuesta. ¿Por qué escribe usted?
-Porque lo llevo en la sangre... Y cuando me levanto por la mañana, es la primera cosa que me viene a la mente. Es todo lo que puedo decir ¿Y usted, por qué se convirtió en escritor. Harry?
-Porque escribir dio un sentido a mi vida. Por si no se ha dado cuenta todavía, la vida en términos generales, no tiene sentido. Salvo si se esfuerza usted en dárselo y lucha cada día que Dios nos da para llegar a ese fin. Tiene usted talento, Marcus: dele sentido a su vida, que el viento de la victoria haga ondear su nombre. Ser escritor es estar vivo.
-¿Y si no lo consigo?
-Lo conseguirá. Será dificil, pero lo conseguirá. El día en el que escribir dé un sentido a su vida, será un verdadero escritor. Hasta entonces, sobre todo, no tenga miedo a caer."
"Si los escritores son seres tan frágiles, Marcus, es porque pueden conocer dos clases de dolor afectivo, es decir, el doble que los seres humanos normales: Las penas de amor y las penas de libro. Escribir un libro es como amar a alguien: puede ser muy doloroso."
"En el fondo, Harry, ¿Cómo se convierte uno en escritor?
-No renunciando nunca. Mire, Marcus, la libertad, el deseo de libertad es una guerra en sí misma. Vivimos en una sociedad de empleados de oficina designados y, para salir de esa trampa, hay que luchar a la vez contra uno mismo y contra el mundo entero. La libertad es un combate continuo del que somos poco conscientes. No me resignaré nunca."
"-Harry, ¿Cómo se puede confiar en tener siempre la fuerza para escribir libros?
-Algunos la tienen, otros no. Usted la tendrá, Marcus. Estoy seguro de que la tendrá.
-¿Como puede tenerlo tan claro?
-Porque está dentro de usted. Es una especie de enfermedad. La enfermedad del escritor, Marcus, no es la de no poder escribir más; es la de no querer escribir más y ser incapaz de dejarlo."
"¿Cuál es su opinión?
-No está mal. Pero creo que les da demasiada importancia a las palabras.
-¿Las palabras? Pero, cuando se escribe, son importantes, ¿no?
-Sí y no. El sentido de la palabra es más importante que la palabra en sí.
-¿Qué quiere decir?
-Bueno, una palabra y las palabras son de todos. Basta con abrir un dicionario y elegir una. Es en ese momento cuando se vuelve interesante: ¿será usted capaz de dar a esa palabra un sentido particular?
-¿Como cuál?
-Coja usted una palabra y repítala en uno de sus libros, por todas partes. Cojamos una palabra al azar: gaviota. La gente empezará a decir cuando hable de usted: "ya sabes, Goldman, el tipo que habla de gaviotas." Y después, llegará un momento en que, al ver gaviotas, la gente empezará a pensar en usted. Se fijarán en esos estridentes pájaros y se dirán: "Me pregunto qué es lo que Goldman ha podido ver en ellos."
Y después empezarán a asimilar gaviotas y Goldman. Y cada vez que vean gaviotas, pensarán en su libro y en toda su obra. Ya no verán esos pájaros de la misma forma. Sólo en ese instante estará usted escribiendo algo. Las palabras son de todos, hasta que uno demuestra que es capaz de apropiarse de ellas. Eso es lo que define a un escritor. Y ya verá, Marcus, algunos querrán hacerle creer que un libro tiene relación con las palabras, pero es falso. Se trata de una relación con la gente."
"-Harry ¿Cómo se transmiten emociones que no se han vivido?
-Ese es precisamente su trabajo como escritor. Escribir significa que es usted capaz de sentir mejor que los demás y transimitirlo después. Escribir es permitir a sus lectores ver lo que no puden ver. Si sólo los huérfanos contasen historias de huérfanos, no llegaríamos a ninguna parte. Eso significa que no podría usted hablar de madres, de padres, de perros o de pilotos de avión, ni de Revolución Rusa, porque no es usted ni madre, ni padre, ni perro, ni piloto de avión y no ha conocido la Revolución Rusa. No es más que Marcus Goldman. Y si todos los escritores debieran limitarse a sí mismos, la literatura sería espantosamente triste y perdería todo su sentido. Tenemos derecho a hablar de todo, Marcus, de todo lo que nos conmueve. Y no existe nadie que pueda juzgarnos por eso. Somos escritores porque hacemos diferente una cosa que todo el mundo a nuestro alrededor sabe hacer; escribir. Ahí reside todo nuestro ingenio."
"Las palabras están bien, Marcus. Pero no escriba para que le lean, escriba para ser escuchado."
"-Me gustaría ir al Paraíso de los escritores.
-¿El paraíso de los escritores? ¿Eso qué es?
-El paraíso de los escritores es el lugar donde se decide reescribir la vida como uno hubiese querido vivirla. Porque el poder de los escritores, Marcus, es que deciden el final del libro. Tienen el poder de hacer vivir o de hacer morir, tienen el poder de hacer vivir o de hacer morir, tienen el poder de cambiarlo todo. Los escritores tienen en sus dedos una fuerza que, a menudo, ni siquiera sospechan. Les basta con cerrar los ojos para cambiar radicalmente el curso de una vida."
"Un nuevo libro, Marcus, es una nueva vida que empieza. Es también un momento de gran altruismo: ofrece usted, a quien quiera descubrirla, una parte de sí mismo. Algunos le adorarán, otros le odiarán, otros le despreciarán. Algunos se sentirán celosos, otros interesados. No es para ellos para quien escribe usted, Marcus. Sino para todos los que, en su vida diaria, habrán pasado un buen momento gracias a Marcus Goldman. Me dirá usted que no es gran cosa, y sin embargo , no está nada mal. Algunos escritores quieren cambiar el mundo. Pero ¿Quién puede realmente cambiar el mundo?"
"Un buen libro, Marcus, no se mide sólo por sus últimas palabras, sino por el efecto colectivo de todas las palabras precedentes. Apenas medio segundo despúes de haber terminado el libro, tras haber leído la última palabra, el lector debe sentirse invadido por un fuerte sentimiento; durante un instante, sólo debe pensar en todo lo que acaba de leer, mirar la portada y sonreír con un gramo de tristeza porque va a echar de menos a todos los personajes. Un buen libro, Marcus, es un libro que uno se arrepiente de terminar."
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